Contando los 3 certámenes mundialistas, jugó
17 partidos y anotó 9 goles. La cantidad de tantos convertidos demuestran que
fue un jugador muy valioso en el seleccionado italiano y que dejó un gran
recuerdo: por sus goles y por su juego.
Roberto Baggio inició su carrera en el
Vicenza, en 1982, en la Serie B
italiana. El volante creativo permaneció en esa formación, durante 3
temporadas, en donde convirtió 13 goles en 36 encuentros jugados. Sus
actuaciones en ese combinado, despertaron el interés de la Fiorentina , quien lo
adquirió en el año 1985.
En el conjunto florentino, demostró sus dotes de
artillero en sus últimas dos temporadas ya que marcó 15 y 17 tantos. En la
alineación de Florencia, estuvo 5 temporadas, en donde anotó 39 goles, hasta
que la Juventus
lo incorporó en la temporada 1990/1991.
En la escuadra de Turín, no desentonó porque continuó
creciendo su faceta goleadora porque en sus primeros años, convirtió 53 tantos.
Su juego ingenioso y los goles anotados,
colaboraron para que en 1993, el combinado turinés consiga la
Copa UEFA y en la temporada 1994/1995
obtenga el campeonato italiano y la Copa
Italia. En síntesis, en la Juventus , el ex armador
del Vicenza, disputó 141 cotejos (durante 5 temporadas) y marcó 78 tantos. Una
gran campaña en el equipo de Turín y luego de un año sin logros, se marchó
hacia el Milán en 1996.
En el conjunto milanés, en su primera temporada, anotó 7 goles que
colaboraron para que consiga un nuevo campeonato local. En su segundo año,
convirtió 5 tantos (en 23 partidos) y no pudo lograr títulos. En consecuencia,
luego de ese año irregular, el medio campista creativo se marchó hacia Bolonia,
en donde recuperó su gran nivel. En el Bologna, si bien no salió campeón,
Baggio volvió a ser un demonio para los porteros, ya que marcó 22 goles.
Luego de esa gran estadía en la formación
boloñesa, volvió a Milano, pero para jugar en el otro equipo rival: el Inter.
En el conjunto milanés, no pudo repetir sus grandes actuaciones, debido a una
mala relación que tuvo con el entrenador Marcello Lippi. Solamente estuvo dos temporadas en el club
nerazzurro y anotó 9 tantos, en 41 partidos disputados.
Después de ese paso frustrado por el Inter,
volvió a mostrar sus credenciales de jugador talentoso en el Brescia, en donde
jugó 95 encuentros, en 4 temporadas. En su primer año allí, marcó 11 goles en
25 partidos, pero en la siguiente temporada se lesionó el menisco y el
ligamento cruzado de la pierna izquierda. Su recuperación demandó 76 días, que
no minaron su amor por el fútbol.
Regresó en un cotejo ante el Bologna y en los
años venideros, volvió a demostrar su talento y su capacidad como artillero
(convirtió 34 tantos). Luego de dos años, en 2004, Baggio se despidió de este
deporte, en un partido ante el Milán, en el estadio San Siro. De esta manera,
en sus últimos años en el máximo nivel, no desentonó y el público agradecido,
disfrutó de su juego y le brindó el mejor homenaje: un cálido aplauso y una
larga ovación.
Debido a su labor en el Brescia, los
dirigentes le rindieron un gran tributo: decidieron retirar la camiseta número
10. Por todo esto, Roberto Baggio entró en la galería de los grandes
futbolistas, que dejaron un gran recuerdo por sus destacadas actuaciones en la
selección italiana, en el Vicenza, la Fiorentina , la Juventus y el
Brescia.
Por Diego Bentivegna
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